No sale el sol porque no existe el sol

No sale el sol porque no existe el sol
ni algo por donde pueda salir.
Aunque no lo creas
hace tiempo que dejé de creer en las cosas,
átomos empeñados en tocarse
inútilmente
accionan semántica que no existe.

El universo te contiene y yo te oigo-
Quería un país o una voz-
No recuerdo.
Ama como antes,
dicta tu pasado a un niño de primaria,
escóndete mientras cuarenta o treinta años
son una acera de un mercado.
Compra en él una naranja.

Hay un paraguas apoyado en el suelo que me recuerda a ti.
Lo usaré de paraguas cuando llueva.
Marcha a casa
olvida todo
miente.

Yo no nací en el 53

Yo no nací en el 53
y este poema empieza con una canción que se repite.

Espero que comprendas
que la memoria tiene caminos enteros que son nada
y que desordenar el armario ya no funciona.

Hay litros de mentira en este frasco de Lancome que dejas,
y aunque supongo
que debimos apartar la improvisación y la ropa hace unas horas
ya no recuerdo en qué año era.

Los objetos pasan por la vida y se repiten los cuerpos,
pero siempre deberíamos beber coñac contigo a media luna.

Y aunque yo no nací nunca en el 53 pienso
que tú tampoco,
que sólo has existido tres horas y doce minutos
y que ahora yo me quedo esperando el presente,
el resto de los años.