Yo no nací en el 53
y este poema empieza con una canción que se repite.
Espero que comprendas
que la memoria tiene caminos enteros que son nada
y que desordenar el armario ya no funciona.
Hay litros de mentira en este frasco de Lancome que dejas,
y aunque supongo
que debimos apartar la improvisación y la ropa hace unas horas
que debimos apartar la improvisación y la ropa hace unas horas
ya no recuerdo en qué año era.
Los objetos pasan por la vida y se repiten los cuerpos,
pero siempre deberíamos beber coñac contigo a media luna.
Y aunque yo no nací nunca en el 53 pienso
que tú tampoco,
que sólo has existido tres horas y doce minutos
y que ahora yo me quedo esperando el presente,
el resto de los años.
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