como se derrumba un edificio

(...)
He prolongado la tarde hasta tu casa,
necesariamente estaba huyendo de este cuerpo
deshabitado, de esta
mundana frase que contiene
no sé el qué, de esta
mañana opaca.


La calle antigua era la memoria
y no era extraña en mi unas veces,
no era extraña casi nunca.
Debí decirte, amor, que no marcharas,
retenerte,
que no cambiaras mi casa por tu casa.(...)

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