ya...

Y detrás de mi han pasado diez días,
en el patio sigue muda una estaca
con un cristal que se rompe despacio,
despedida que ya vomita rojo.

Y la tarde es enjambre de una hora
que construye una pared tras la casa
con aritméticas sombras que pueblan
esta mano dura, el pecho, ya un ojo.

Hay suficientes días de estar vivo,
la noche guarda líquen de una llaga,
mi estómago reluce por la boca,
yo quiero ser guardado ya en tu fondo.

Quítame el sexo,
mátame la vida
no importa, porque mis átomos sin ti,
la mañana, ya se separan todos.

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