Aclaraciones (al borde de la creencia)

 Me estoy acercando a los bordes de la muerte.
 El paso es lentamente rápido.
        (No sé por qué hablo de unos bordes
 que al parecer conozco
 y ni siquiera sé si soy yo el que me acerco,
 pero da igual. )

 El tiempo es una ilusión en mi cabeza.
 Las palabras son mentira. Las ideas son palabras.
 Nada existe.
        (Habrá que creer en todo,
 pero da igual.)

 Estar vivo es una aproximación a no estarlo.
 Sencillamente un hueco de luz en el territorio.
        (Luz si abres los ojos y si hay luz.,
pero da igual.)

 Hoy he venido a ver tu último cuerpo reflejado,
 aunque sé que siempre es el último
 quiero verlo.
        (Es un capricho)

 Me estoy acercando a los bordes de la nada
 y a algo que recuerdo sin conocer.
      (Sé que vivir para esto es estúpido,
pero da igual)

Siempre que crea que aún existes
nunca me querré morir todavía.
 

Aquí lo bueno ata

No quiero decirte que la vida después de ti
es lenta y triste porque es falso.
Cierto es que hay resquicios de tristezas
en las cosas que has dejado en mi memoria,
inevitables lugares que no puedo mirar sin llanto,
objetos y palabras que ya siempre me recordarán a ti,
al mismo olor de tu piel durmiendo.

Lo cierto es que he podido separar
lo bueno de tu paso necesario por mi vida
y no sufro.
Me es imposible mirarte sin la sonrisa del que sabe
que detrás de esa de hoy
que me huye, que baja la cabeza y que se calla
sigue estando aquella de ayer
que se pintaba las uñas mientras me quería,
y me quería... imposible y hermosísima mujer
que siempre vivirá en un pasado perfecto y necesario
para hacerme recordar que mi vida
ha sido y es perfecta.

Lenta podredumbre

Porque ya no puedo decidir tu nombre...

quedarme agazapado, desahuciado, sin respuesta,
en el color de las flores grises
cuando tallo y rama se arrodillan
ante el gérmen de lo último.

Paz bajo la sonrisa, -y quién la quiere-
porque yo no puedo decidir tu nombre
y quien te crea.

Camino, y la muerte
en el reverso de la vida no espera,
se aproxima, te va siguiendo,
alma que al alba ha derribado un cementerio
de cosas que jamás volverán a pasar.
(Lo imposible sólo existe en lo que queda)

Amar, amarte una vez como si fuera
la última tentación inevitable, repetiría
tu nombre en tu nombre si pudiera
derribar la memoria del beso último,
del beso primero.

Soy el hombre moribundo que aún mendiga
el aliento postrero que fue quedando
del beso, de ese beso
desahuciando sin respuesta todo el color,
tu color, como flor marchita,
antes viva, separando, lentamente en decadencia,
de mi la piel.

La muerte precisa no mata, va matando...
Vernos morir así no es justo.

Yo y mis alrededores

Quererte no es condición necesaria para mi biología,
sin embargo en estas horas en las que la luz mengua en el cuarto
y el aire afuera es denso y frío,
ahora que reconozco tu cuerpo vaciado
y que la materia es arena devorada por olas,
puedo hasta comprender
que no vinimos para quedarnos,
que coincidimos estáticos en el tiempo,
en el espacio,
y que fue necesario para todo
aquello
y que aquello quizá fue todo
lo que hace que mi biologia
sea ahora codición necesaria
para venir a quererte con otro cuerpo,
en otro tiempo
en el mismo espacio.

Calles

Hoy voy pensándote
como se piensan las calles antiguas,
con la memoria.

Y es que estas calles han cambiado,
han avanzado en el tiempo
derribando y construyedo edificios,
tienen habitantes nuevos
que no conozco.

Al final de un camino una fuente enorme
hace brotar agua de mi alegría.
Las plazas tienen y tiñen
de colores nuevos el sol que ahora es un espejismo
en los cristales. Hay
un silencio constante
que no conozo.

Yo miro a estas calles desde una montaña alta
no sé qué se dicen las gentes que en ellas habitan
me dedico últimamente a imaginarlo.

Me he quedado exiliado de ellas, de ellos,
por eso hoy voy con el recuerdo a transitarlas,
a pasear por las aceras conocidas,
a tu casa de la mano y contigo. No quiero
ver el presente, conocer su futuro
es conocer mi futuro mismo.

Octubre es un mes que no te comprende
por eso me quedo en el pasado
pensando, pensándote
como se piensan las calles antiguas,
mirando al suelo.

en el silencio

El silencio es el lugar donde se esconde tu vida.
La imaginación crea las palabras que se hacen dueñas
de un nuevo mundo más imposible que lejano.
El recuerdo de lo que ya no existe,
de lo que apenas permitimos que existiera,
se va quedando en esta mano sola
que se deja llevar a contrarritmo
hacia la muerte.

Se ha quedado borrosa la memoria
las mismas calles no guardan ya la misma forma
cada letra se escribe una a una como siempre
instante tras instante alejándose
como aire expulsado de la boca.

Me he quedado mudo en el recuerdo,
en el silencio, callándome

la palabra de este amor que ha llegado a destiempo,
el sonido del dolor arrancado de tu beso.

el necesario olvido

Llegó la hora en que tenía que separarme de ti
avanzar por otro camino a otro camino
sin embargo mis pies eran ramas a tu sombra
atado a ti como vida a la semilla.

Hoy te despides como el árbol fuerte y marchas
y ya casi no puedo seguir tu paso
de jardín desordenado
mi cuerpo se vuelve otoño
hoja seca a punto de tocar suelo.

Fue necesario haber amado tanto
para darse cuenta de que el olvido también es necesario
savia enamorada de tu vida
y de esta ausencia tuya que trae el viento...

Y el vacío sigue siendo nada

Hoy me quedo aquí pensando
y hablando, unido a ti aunque no te vea,
átomos invisibles por el aire
van recorriendo el camino
que nos separa, para dejarnos
en ese contacto necesario de las cosas.

Soy yo y todo lo otro sigo siendo...
Por eso sé que estás aquí
alejada y constante
unida por átomos a mis átomos
y es el vacío que hay entre ellos,
el mismo que hay en los míos,
en los nuestros, como un presagio
de algo bueno, es nada.

Ahora sé que no hay distancia si te pienso
unida a mi, hecha de la misma materia que yo
idénticamente formada, en el mismo lugar
hemos coincidido
con las mismas leyes físicas,
y es por eso mismo
que aún tengo tus labios en mi beso.

Y no poder cerrar los ojos.

Me vacío en ti cuando te miro
el tiempo es estático y entonces
comprendo que echo de menos hasta el sueño.

Cuando cierro la puerta
tras la última vez
que vienes a deslumbrar mi vida,
me quedo escuchando
un momento tus pasos pequeños
la escalera alejando
tu movimiento del mío.

Ya no sé dormir después y a esas horas
me tumbo esperando,
ojos abiertos,
tu regreso imposible, una vez más,
me quedo en ti, en el instante, en tu instante,
bajo tus sueños, en la vida,
mendigando
tu retorno, cada retorno,
con ese miedo irremediable
a que no quieras volver.

Credo

Hoy miro a aquel que me miró de frente,
sus pasos se quedan en cristal desordenado,
el tiempo, no es lo que hacemos,
es lo que duramos
en el espejo sin mirar.
Hoy soy traje de la historia,
gabardina hueca y envejecida,
el frío ya no siente
como antes, ahora es la piel
la que pierde memoria.
Me quedo un rato más a contemplarte
producto de mi mente o carne viva,
imagen de mi mismo,
que yo sé que he amado en ti,
lo único de lo que el olvido se arrepiente.

Canción triste para una despedida 21

Se me iba el alma sin saber a donde,
yo que nunca tuve cuerpo para ella,
vino para quedarse,
después rugido del tiempo,
temblar la vida y marchar.

Así es del amor que sobrevuela
la imagen de un cuerpo,
una voz
que no precisa oído.

El gesto de la partida,
al fin de nuevo
cuerpo vacío,
más vacío
porque el alma consigo se lleva
la sangre, la mentira,
el dolor.

No queda más remedio que rendir el cuerpo,
hincar la rodilla, bajar la cabeza,
y morir tranquilamente
como el que nunca ha venido.

fragmentos 223

(...) Tu cuerpo se diluye en el sueño y el olvido
dudo de tu existencia y marcho,
regreso a la casa donde espero
que tu nombre no se repita
 llevando otro cuerpo.

Cuerpo para otras historias (III)

Guardo lo estático de ti entre los manos,
árboles que no contienen color en la hoja,
que no construyen forma en su equilibrio,
pasto futuro de animales en rabia.

Hoy soy equipaje de la vida
mientras todo se pierde y se equivoca
en el cuerpo donde cambio
materia por ausencia.

Fue fácil amar cuando no sabía
el rumbo exacto de las cosas,
ese lugar donde toco con los dedos
luz en fuga.
Un poema debería ser así, una sola cosa
un pretexto que se explica
en el propio poema
con palabras sencillas
que el corazón comprenda
y sólo eso..

Territorio

                                                                                 a Adoración López


Hoy ando nostálgico de las cosas y del tiempo
que tardé en darme cuenta que ya no era un chiquillo.
Mis padres guardaban mi infancia y presagiaban mi futuro
al tiempo que todo se diluía en un sueño
de carmín bajo la almohada.
Tuve que mentir muchas veces y otras
mentía sin tener que hacerlo, pero a la hora de la comida
siempre hubo pan sobre la mesa.

Éramos felices porque nadie nos lo dijo.
El futuro era como un barco sin dimensiones,
el amor una telaraña hermosísima
en la que al final siempre acababas asfixiado.
Pero luego
algún familiar ya nunca volvía
y la sombra de lo increíblemente desconocido
que era el territorio,
surcaba la memoria haciendo negro este recuerdo.

Saber es andar y darse cuenta
del tamaño exacto de las cosas,
perder el miedo a la vida
no es sino lo necesario
para ir ganándoselo a la no vida.

Hoy estoy aquí pensando en lo que queda
en lo que tuve
y me doy cuenta de que tenemos memoria
para vivir hacia el pasado
todo lo que ya no podremos vivir hacia el futuro.

Cada vez, más familiares, más amigos
ya nunca vuelven.
Y me siento derrotado
porque el recuerdo nunca vale
para el abrazo.

antiguo pasto

Nadie nos lo dijo
golpea la edad y sangra
con el olor a zumo podrido
reinventando la muerte de las cosas.

Nadie nos lo dijo
lleva la cuchara a la sopa
a la boca, habla
el devenir que se solapa en la chaqueta
en invierno
en el hilo hielo.

Nadie nos lo dijo
y sin embargo lo sabemos, nos morimos.

No pensar

La mano descansa en el cuerpo
mientras algo se lleva la existencia.
La mentira son las cosas,
su equipaje, rastros de la nada,
divinas formas que se construyen
para su derribo final, el chantaje de la materia
derribando historia.

Es posible que no sepa
el devenir, que no presagie
la carne podrida, los huesos relamidos,
el silencio. Todo caduca
y es perecedero, materia que se degrada,
olvido.

Pero por qué la mano descansa,
en un resistir hacia lo inevitable
en el cuerpo que una vez amó,
como si en el amor estuviera la salvación
de esta creación innecesaria.

Yo me doy por vencido
El amor es un engaño, otra mentira.
ya que la única salvación posible
es no pensar, darse cuenta.

Palabras


Esta mano es un río que lleva formas como letras.
Tu voz me recuerda la distancia que me separa de ti.
Hoy te veo
y verte también es otra distancia
menos pasajera. Quizá
hoy me amas
una vez mientras otra
el tiempo nos aparta,
nos hace lejanos, nos desconoce.
El espacio es el límite necesario
para contener toda una palabra completa,
pero yo sé que el átomo es el cuerpo y vengo de tocarlo.

Cuántas veces, no sé si la vida o el qué,
nos ha juntado y separado. Jamás
seré tú y poco importa
las veces que quise un cuerpo completo.
Esta mano es un río extenso que va llevando mi vida,
de un lugar a otro lugar
pero no sé si sabré quererte en la frase,
en el texto que se completa
con otras historias,
páginas vacías a la espera de ti
a tu llegada imposible y necesaria.

Marchas y la vida nos va sumando palabras
en un libro
que todavía no tiene final
ni se ha escrito.

Olvidados 2

Este lugar es la calle sin vida de una ciudad a ciegas,
el muro arqueado de una batalla sin sangre
la sombra de un cuerpo que nunca se atreve
a desnombrar las cosas.

Viajar a otro lugar es como buscar la vida
en un vaso vacío que se rompe,
la historia olvidada de alguien
que sucumbe a su propio devenir.

Amó alguna vez su tiempo y sus personas,
habló de ese lugar como quien habla de su casa
apagó la luz mientras dormía
y se aprendió todos los nombres.

Este lugar sigue siendo una calle sin vida,
sin edificios, sin personas,
un sendero, no más, una línea en el suelo
que sólo sirve para decir
que por allí alguna vez pasó una vida
que hay un principio y una llegada,
que todos somos surco de otras historias
y que la muerte espera escondida
bajo la piel.

1991

Si fuera mi sueño un barco
la cama estaría escrita de mensajes.
Tiraría el ancla al suelo
y como si una vela pudiera iluminar mi rumbo
gritaría tu nombre a los fantasmas.

Doy sábanas de pájaros a mis ojos,
llueve demasiado y el viento
me retrocede. No
llegaré a puerto. No
me iré mañana.

Se me ahoga el sueño en tu memoria,
mientras se hunde este barco, cuervos
hacen de mi
un ciego.

Desde el monte Gravendorf

                                               I


Desde el monte Gravendorf se ven los edificios y los pájaros
a la misma altura y con el mismo color. Las calles
son como flechas sin destino, árboles secos que decoran las aceras,
hombres que transitan al ritmo del paisaje. Desde la altura, sin alas
puedo ver la ventana por la que cuando sea de noche,
la luz de una lámpara, amarilla, presagiará la estancia de ti,
y una silueta inmóvil esperará oscura en la calle,
a que te vistas te tacón y rojo,
hasta que la luz apagada proclame el beso,
hasta que el ruido del motor, la huida. Qué lejos quedará entonces,
esa casa, el recuerdo, aquella infancia.

Desde el monte Gravendorf, también se escucha el mar,
y su sonido es como el de un vaso de café que flota en el trabajo,
bajo los escombros de ese edificio un hombre escribe un poema
y entonces la realidad existe por un minuto y piensa en sus hijos,
y en su mujer, y en la mentira. Nadie vendrá a abrazarle
en la noche del motel cuando oscurezca, puedo deciros
entonces, que yo le vi llorar, y estaba en súplica,
arrodillado y su poema era un papel demasiado blanco,
nada quedará entonces en su futuro, en él,
el hastío es irreparable.

Gravendorf es un lugar en una pequeña montaña
desde la que se puede ver casi todo.
Suele ser visitada por cuerpos sin forma definida,
hombres y mujeres que han perdido
el reflejo, la casa, la propia imagen,
dioses a quien amar por desvalidos,
sombras sin cuerpo, luces que vagan almas.

A mi edad no es fácil decir que se ha hecho tarde,
que se ha perdido todo. Se fue la infancia al verte
y lleguó a la vejez por la soledad.

En el monte Gravendorf paso los días
(no sé si los míos o los de otros)
imaginando historias
(no si las mías o las de otros)
recordando, recordándome.
(no sé si a mi, no sé si a otro)

Hojas

Se desvela el sol y desaparece;
el campo de otoño, gris y amarillo es como el verano.
La puerta de una casa queda cerrada al viento,
las hojas son roedores buscando abrigo,
el hambre se cocina con agua y sal,
y nadie duerme. Cruje una mesa,
un libro en la mano, la luz se tambalea
como una resaca de alcohol y sueño.
¿No te despides?
El ruido de la puerta final,
ha hecho entrar algunas hojas.
El viento debate tras la ventana
sus verdades. Aquí,
todo sigue igual, nada que decirse,
nadie a quien hacerlo.


Aún

No despereza el sueño la onda del dolor que sobrelleva
la constante marcha del amor hacia la muerte.
Ha cicatrizado todos los lugares con espuma del odio,
la anterior forma de la vida. Aquí me tienes,
soy árbol quemado del campo yerto
de la hora muerta del lugar soñado, ven por mi,
no tardes... Se quedará el pasado
guardado en frasco de pequeño traje, dormirá
el recuerdo en la cabeza de los hijos que no mueren,
nacerá la sombra por fin en esta plaza
que como el mar viene y se lleva
arena devorada por olas. Soy
y sigo siendo cuerpo, materia sin retorno,
fecha caduca, vísceras en equipaje. Y no quiero despertar mañana
para tener que ver el dolor de otros hombres, que como yo,
han dejado de creer en la alegría. Marcharé por fin
sin despedirme, mintiendo al paisaje,
a todo lo que de mi
queda aún en mi propia vida.

Ven a guardarme en tu memoria

Quiero construirme en tu cabeza
una pequeña casa con ventanas
que dan al mar. Pasear las tardes de enero
de la mano del recuerdo que tienes tú
de ti cuando me abrazas.
Desnudar a todos tus cuerpos que han pasado
por mi cuerpo,
aquellos que ya no podrán volver a pasar fuera de ti.
Por eso,
hoy te pido que vengas a guardarme en tu memoria,
me expulses de la materia,
para poder quedarme a vivir en tu pasado.

36

Tres docenas, la pescadería y la pescadera,
amor que se compra con lo que hay en los bolsillos.
el pantalón vaquero roto, la mano sucia,
el tenedor y la miel de la espalda,
líquido y pared, sombra y poema,
la serpiente, una mujer que mira,
el cuchillo, la madera, el regalo. Sí,
hoy parece que no estás en mi cabeza.

35

Aveces la tarde se convierte en sombra para un hombre,
pesado equipaje del mismo día, como si las horas
tuvieran materia, la noche
pesa como todos los nombres. Siempre
hay un lugar para recordar la vida
pero siempre debe ser mejor no hacerlo.

El hombre bebe su cerveza y su memoria,
se fija en la mujer que está besando
al hombre que está mirando
a la mujer que está sentada.
Recordar el futuro es describir
las puertas de su pasado.

-Hoy me marcho-dice-mañana vuelvo-
pero todos sabemos que mañana
beberá de la misma cerveza
soledad del mismo día.

Memoria

Todo comenzó aquí,
dentro de una agenda,
una lista de cosas que decir en un papel,
libros extensos de objetos complicados
y demasiado tiempo. El dinero,
la desidia, lo no exacto,
no saber que lo fácil es fácil,
que el amor no basta
y que por el día hay suficiente luz...
son cosas por las que he mendigado tu nombre
últimamente.

En mi memoria hay espacios de ti
donde paseas sin conocer mi vida,
y estoy de nuevo en ese papel
que me recuerda cosas importantes.
He desperdiciado mi cuerpo
y todas las horas ahora son salas vacías,
cartones en portales y tu nombre
en mi cabeza es como si fueras tú.
Prefiero siempre a la que se ha ido,
su calle verdadera,
su colchón donde pasaba sus horas
esperando.

Deslluéveme la tarde

Deslluéveme la tarde,
y enero será un pasadizo donde
me quiero perder
enséñame su recorrido,
con una alfombra del tamaño de un día.
Bajemos la cabeza al pensamiento
y busquemos una excusa para recordar la tarde,
por que hoy quiero que existas
repleta de palabras que te completen,
repleta de ti para que seas
un poco más tú de lo que creo.

Un hombre cualquiera

Un hombre pasea por una calle y piensa
en sus hijos, lo que no hizo,
lo que debió hacer, todas las verdades,
las grandes mentiras, aquella muchacha,
la hipoteca, el perro, la mancha de café,
las estadísticas, todo lo que dice el periódico,
Andrés y su propia muerte, el club de las cinco,
una cerveza, droga en sus pulmones,
el viaje, el sexo, el otro sexo,
su nueva hija, el pan tostado, el examen,
la calle que construye, aquellos ojos, el semén,
azufre, el reloj, el móvil, un móvil,
la muerte misma. Llega al trabajo,
se sienta y siente el peso de su vida.

Recuerdo

Me acuerdo de ti y de tu nombre.
En la estación te vi subir a un tren,
no sé muy bien si me invento ya el recuerdo,
pero creo que así te fuiste. Era otro tiempo,
yo buscaba aroma de tu sexo. Mi vida,
no era más que otro traje
en ti desnuda.
Me abrazas
y el recuerdo es del aire.
Hoy me quedo en el andén mirando
tu forma de cristal lloviendo. Mañana
no sabré levantarme, vivir
de tu último viaje.

y que la muerte sea sólo para nosotros


Que no te he visto construir mi vida
como si fuera un muro de vanidad traslúcida,
lo único, es que a veces la serpiente
busca tu calor de muchacha entreviva.
Afuera, la lluvia balancea la pelvis
esperando el ciclo milagroso de tu carne
estirada en grito contra la mía.
Bésame y deja que el mundo acabe,
que se derrumben los nombres de los malditos,
que la barca no pasé a la otra orilla
que no se ahoguen los animales,
y que nosotros volvamos al polvo
ya que del polvo hemos venido.


Así es

                                                      (para Benny)

Amar es difícil,
terriblemente complicado,
es cosa loca para sabios o suicidas.
Me quedaré mejor en mi sofá de mugre
esperando una nueva revista,
sin amor,
sin amar,
sin vulgaridades.

Todo lo demás

Puedo volver al lugar donde partí
no está demasiado lejos y sin embargo
me falta el pulso, el ánimo ahora es
arena de calle.
Amar fue tan fácil como una palabra
que se dice todos los días,
éramos uno repetido y todo lo demás
era aire. Se me viene
el color desmedido de tus ojos
a la garganta
y me falta todo lo demás, entonces
¿por qué sigo vivo? Amar fue tan fácil
que puedo volver a lugar donde partí y sin embargo
sé que todo lo demás, la vida,
te arrastra como marea
y tu ánimo ahora es
agua de nube. Se me vienen
encima ciertas partes de tu cuerpo
y pesan ahora como el mundo que dejé pasar.
Amar
fue un palabra que se olvida
como todo lo fácil.

Uno de enero

Parece que todo el mundo duerme y a veces
es uno de enero.
Tal vez nadie salga o nadie haya buscado
otro lugar en un día que vuelve
a ser el mismo día.
Ayer, hoy se funden y todo
es como nada, vacío igual que lleno,
y sin embargo
nadie firmará este poema.
Nadie lo habrá escrito

Pienso en ti, y en la última vez
bajo las sábanas. Aún duermes.
Sé que te irás y enero se habrá convertido
en ese mes que se despide.
Todo el mundo está esperando
los sueños, ayer, hoy
y es uno de enero ¡tantas veces!